Visual merchandising: cómo distribuir el interior de tu comercio. II

El almacén es otro punto al que debemos prestar atención. Suelen estar al fondo de la tienda, detrás de la caja, medio oculto del público en general. No debe menguar la tienda. Pero tampoco escatimes espacio, que te sea cómodo. Con el tiempo todo ocupará más espacio del que tenías previsto. Organiza bien tu almacén con estantes, buena luz…y facilitarás tu propio trabajo.

Una vez limitadas estas zonas, el resto del espacio se destinará a la exposición del producto. En la medida de lo posible tendremos en cuenta las leyes del visual merchandising. Buscamos  la circulación del público por toda la tienda. Para ello,podemos colocar un producto básico o de mucho reclamo al fondo de la tienda.

La exposición del producto no debe ser monótona. Las mismas estanterías o soportes murales a lo largo de todo el local, cansarán los ojos. La  vista hará un efecto barrido y se dejará de ver con atención la mercancía. Para evitarlo, buscamos romper con la exposición general cada cierto espacio. Hay que crear puntos focales desde los que se redirija la mirada del cliente. Los bodegones o la señalética pueden ser soluciones muy eficaces. El objetivo es ralentizar el paso del cliente, que vea con detenimiento el producto.

Una herramienta de visual merchandising muy utilizada es la rotación de producto. No todos las zonas del local venden por igual, hay zonas frías. Los productos que se encuentran en estos puntos, son de peor paso o visibilidad. La rotación de producto nos asegura que un mismo producto no se encuentre siempre en una zona fría. Para convertir una zona fría en una zona cálida hay herramientas varias como mejorar la luz, colocar un espejo o potenciar la cartelería.

Hay tantas variables como locales y modelos de establecimientos por lo que si estás por abrir un comercio o necesitas darle una vuelta a la imagen de tu tienda consultar con profesionales te puede ahorrar tiempo, trabajo y dinero.